San Marcelo y la mujer Éowyn, símbolos de Alexandre Magono.
- Abenámar
- 17 ene
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Ubicada en el pórtico sur de la catedral de Notre Dame de París se encuentra una curiosa estatua de san Marcelo comentada por varios autores. Esta estatua, deteriorada por el tiempo, fue sustituida por otra a la que, por ignorancia, se le hicieron modificaciones arruinando así su significado oculto. La original presentaba al santo sosteniendo un báculo, el cual encajaba en las fauces de un dragón bizantino situado a sus pies, mientras que con la mano derecha hacía una señal de bendición alzando los dedos medio e índice. Hoy, gracias a los descubrimientos del sabio Alexandre Eleazar, podemos desvelar nosotros mismos la verdadera identidad de dicho personaje del pórtico: se trata de Dios BE en su segunda vida en esta tierra; es decir, Alexandre Magono, conocido como Alejandro Magno por la historia oficial. A continuación, enumeraremos cuatro evidencias:

1.° Después de la victoria de Troia, a Alexandre se le empezó a representar sobre su caballo hundiendo la pica troiana en las fauces de la PATARI (el ALAGARTU originario de Aragon, «d'Aragon», de ahí la palabra dragón). Esa imagen dio lugar a la actual de san Jorge matando al monstruo con una lanza. Como sabrán, el dragón o la serpiente, junto con el león, el toro y el delfín, son animales emblemáticos de los Paios.
2.° Alexandre nació en la KARELIE, actualmente las tierras de Finlandia, Noruega y Suecia, concretamente en GOTEINBURUGA (BURU = cabeza o capital / GA = ciudad / GOT = Dios: «ciudad capital donde nació Dios»), ahora Gotemburgo o Goteborg en Suecia. Ese territorio pertenecía a los Ber descendientes de Marta la Berta, segunda XURIDE de Dios. Basándose en el carácter y fortaleza de Marta y su progenie se inventó a Marte, dios de la guerra o «artes marciales». Los Bere jamás hacían la guerra, pero en Troia hubo una excepción. Troia fue una guerra declarada por los Bere en la que resultaron vencedores, con Alexandre al frente. Pues bien, de Marta-Marte procede el nombre de Marcelo. Este san Marcelo, este «hijo de Marta» matando al dragón con su lanza, no puede ser otro que Dios BE Alexandre.
3.° Dios BE quiere decir Dios Segundo. Es el «Iobe» de los hebreos. Su señal era levantando juntos los dedos índice y medio de la mano derecha. Cuando la kuria inventó el cristianismo, amalgamando las dos tradiciones bere y paia, esta señal del BE pasó a ser la señal de la [Be]ndición. No es raro encontrar a Cristo y demás santos haciéndola.
4.° La estatua se encuentra debajo de un dosel con dos terrecillas de dos alturas cada una. Nuevamente, una alusión al número 2 o al número 11 («eleben» = Dios Be de los Eles) tan empleado por los frimasons.
No está de más mencionar que también existe lógica en el hecho de que esta estatua se encontrara en el pórtico sur: Como sabrán los estudiosos de la Alquimia, la consecución de la Piedra Filosofal es el fin de una obra en tres fases, cada una representada por un color: primero el negro, después el blanco y finalmente el rojo. Las catedrales góticas, como obras consagradas al Arte de los filósofos, también dan señas de estos tres colores, tal como nos lo muestra Fulcanelli: el rosetón del pórtico de la izquierda, al estar orientado hacia el norte, nunca recibe la luz del sol directamente, razón por la que siempre está oscuro; el rosetón del pórtico de la derecha, dando la cara hacia el sur, recibe la luz blanca del medio día, y el rosetón de la fachada principal, mirando hacia el oeste, recibe la luz roja del sol poniente. Todas las catedrales góticas están orientadas de la misma forma. Ahora bien, estos tres colores tienen varios significados; en el tema histórico pueden indicar las tres razas principales: negra, bere y paia. La estatua del BE está en el color que le corresponde.
No son pocos los personajes de la mitología que igualmente representan el cuadro de Alexandre matando al dragón o Imperio Paio. Beowulf, Sigfrido, Perseo, Tyr, son algunas muestras. Ya alguien había observado el claro ejemplo de Santa Marta y la Tarasca (Tarascón = d'Aragon). Y más reciente es el creado por J. R. R. Tolkien en su novela El Señor de los Anillos: Éowyn.
En primer lugar vemos que el nombre Éowyn tiene gran similitud con «Iobe» (ahora dicho Yahvé). En la historia, ella asesina al Señor de los Nazgûl, palabra que puede traducirse como «arbitrariedad repugnante», recordando al Segundo Imperio Paio. El Nazgûl forma un binomio con una criatura alada semejante a un dragón a la que Éowyn también da muerte cortando su cabeza. Esta es la alusión a la imagen de Dios Be con la PATARI, vista actualmente como san Jorge y el dragón, que Alexandre Eleazar nos comenta en el capítulo de EL ALAGARTU en su libro LOS BERE. Notemos que tanto el dragón de Éowyn como el de san Jorge es un guiverno de dos patas.

El Señor de los Anillos es un texto repleto de referencias a la Historia «B». En él encontramos al rey Aragorn quien alía a los hombres en su Reino Unificado tras la gesta del anillo que había durado 13 meses. Un paralelismo con la Guerra de Troia, también conocida como la guerra de los 13 años, tras la cual se funda el Reino de ARAGON («la creación de Dios») que incluye gran parte del mundo, desde Iberia hasta Siberia.
En la novela, Aragorn también es conocido como «Elessar», «El Águila de la Estrella», «Estel» y heredero de los «Eldar», pueblos de las estrellas. Referencias todas a Alexandre Magono, Águila de la Gole, Zar de los Ele (Eleazar).
Tolkien fue un eminente filólogo. Llegó a descubrir, a través del lenguaje, muchas pistas de la historia verdadera, aunque hasta cierto punto. Quizá por eso decidió publicar sus hallazgos a manera de novela fantástica. Es de sumo provecho leer el artículo «Tolkien y el Elengoa», escrito por Serdaniol y publicado en adibergen.net, pues allí se ahonda más en los acercamientos de Tolkien con la lengua primigenia.
El destino ya venía uniendo a Tolkien con la figura de Eleazar. Es sorprendente que un 22 de marzo también haya sido fecha importante en la vida de nuestro novelista. El día de su boda acaecida el 22 de marzo de 1916, exactamente cuatro años antes del nacimiento de Alexandre Eleazar, 22 de marzo de 1920. Este dato es sólo una curiosidad, pero en vista de los grandes puntos en común que se produjeron después se vuelve más trascendental. No menos sorprendente es que Tolkien haya dejado instrucciones de escribir en la lápida de su tumba, justo debajo de su nombre, otro nombre para nosotros muy significativo: BEREN.
La Verdad está al alcance de todo aquél que tenga el coraje de asirla, aunque eso signifique el derrumbe de sus viejas creencias; los demás están condenados a leer y releer sus libros de mitologías y ocultismo sin llegar a entender nada en realidad, sin lograr unir los eslabones del todo histórico, sin poder interpretar correctamente los símbolos... Estos simples ejemplos de san Marcelo y Éowyn son para demostrar que todo tiene una explicación lógica e histórica, siempre verificable a través del mismo lenguaje, y que no existe misterio que no pueda hoy, con la ayuda de Dios, desvelarse.
Abenámar
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